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Vie Dic 05, 2014 10:29 am por lElectro
Sitio del Torneo Presencial: Aun por decidir
Premios: Segun Cuantos participantes vallan a venir pondremos premios o no!
Normas: No se pueden utilizar ningun tirador trucado o manipulado Ya me entienden.
Sera al mejor de 3 Tiradas
Se puede usar cualquier Peonza Bey
Lo mas seguro es que sea en Garcilaso en Sant andreu.
Bueno saludos y comenten los que vallan participar sera Un torneo Guay y organizado.
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Comentarios: 0
Mensaje De OLTIMO MINUTO TORNEO
Miér Oct 22, 2014 2:05 pm por Ryuga_blader
Torneo beyblade republica dominicana santo domingo este invi cea calle pedro barronte # 8 hora del torneo:4:30 PM LOs espero y los demas tambien
Comentarios: 0
EL LLANTO DE DRANZER
2 participantes
:: Temas Miscelaneos :: Aficion Otaku :: BeyFan :: FanFics
Página 1 de 1.
EL LLANTO DE DRANZER
Capítulo 4
El llanto de Dranzer. Resurrección…
"Tan sólo es otro día" murmuró Kai, para sí mismo, solo en su cuarto, mientras observaba, a través de la ventana, la lluvia fría que caía en el exterior, minutos antes del atardecer, sintiendo hundirse dentro del vacío que su propio corazón generaba.
Le gustaba la lluvia, y le gustaba la tranquilidad que ésta le inspiraba mientras la observaba… el ruido monótono de las gotas estrellarse contra el cristal de su ventana, el agradable olor a tierra húmeda, el color gris sobrecogedor que reinaba en el cielo; todo esto le hacía olvidar todo lo que se encontraba a su alrededor, y en su interior.
Lentamente abrió la ventana y sacó su mano derecha, dejando que las frías gotas de agua cayeran en ella. Trataba de dejar que la lluvia limpiara su desesperación, que el agua que caía lavara la angustia que le causaba ese sentimiento de vacío, de sentir que algo importante, o mejor dicho, imprescindible faltaba en su interior, de sentirse que tan sólo era un muñeco de barro que su abuelo ahora manejaba a su antojo.
Heredero de una compañía que jamás había conocido del todo y que aún pertenecía a su abuelo Voltaire, Kai Hiwatari había sido obligado por él a ingresar a un colegio privado, un internado donde estudiaba para saber, en un futuro cercano, llevar la compañía que le pertenecería. Un lugar que él odiaba, a fin de cuentas, con toda su alma, y en el que, sin embargo, era considerado un alumno modelo.
De pronto, cuando Kai estaba a la mitad de su profundo relajamiento y meditación, alguien entró abriendo de golpe la puerta y sobresaltó al chico de cabello azul.
"¡Te he dicho un millón de veces que llames a la maldita puerta antes de entrar Wyatt!" gritó Kai con verdadera furia.
"Lo siento Kai, pero es que hay alguien que quiere verte"
"Yo no quiero ver a nadie, así que vete." Kai dirigió nuevamente su mirada hacia la ventana.
"Pero… ella dice que tiene algo que ver con el Beyblade, y que es muy urgente."
"¿Beyblade¿Ese… ese estúpido juego del que me retiré hace un año…?"
Había cierta furia en las palabras de Kai, pero no eran realmente en contra del Beyblade, juego que había odiado en un principio por ser el causante de toda la tristeza en los primeros años de su existencia, pero que posteriormente había traído a sus primeros amigos, los Blade Breakers a su vida. En realidad sentía furia en contra de sí mismo… por haber dejado morir a Dranzer en la batalla contra Brooklyn, por haber sido tan egoísta y haber dejado morir al único ser que se mantuvo a su lado aún en los momentos más difíciles, tan sólo por conseguir una victoria de la que se sintió, por lo menos en un principio, orgulloso… al menos hasta que se encontró nuevamente, solo. Esta vez, más sólo que nunca.
"¿Entonces Kai?" continuó diciendo Wyatt "¿Qué vas a hacer?"
"Nada" respondió Kai amargamente y cerró por unos segundos sus ojos color magenta. "Ya te lo dije, vete"
"Entonces… ¿Puedo ir yo en tu lugar?"
"Haz lo que quieras"
Wyatt no dijo nada más y se fue.
Kai dirigió su mirada hacia la puerta y se dio cuenta de que Wyatt la había dejado abierta. Dejando escapar un suspiro de desesperación se dirigió hacia ella y la cerró, no sin violencia y regresó nuevamente a la ventana. Al hacerlo, casi de manera inconsciente, dirigió su mirada hacia su escritorio y a la foto que se encontraba sobre él. La misma foto que había sido tomada justo después del primer campeonato mundial; la misma en la que todos, incluso él, mostraban sus caras de satisfacción.
No tuvo tiempo de pensar algo acerca de esa foto cuando, nuevamente, alguien entró estrepitosamente.
"¡Te he dicho…!"
Kai se detuvo cuando vio que, en vez de Wyatt había una chica, aparentemente de su misma edad, de cabello castaño y ojos azules, cuya mirada lo hizo sentir escalofríos y una sensación muy extraña imposible de describir.
"¿Q-quién eres y qué es lo que quieres?" dijo Kai, con cierto temor en sus palabras.
"Mi nombre es irrelevante, pero necesito hablar contigo acerca del Beyblade."
"Lo siento," respondió Kai, sintiendo cada vez con mayor intensidad esa extraña sensación "pero ya estoy retirado."
"Primero escucha lo que voy a decirte… Kai…"
"Está prohibido para las chicas venir a esta parte del edificio…" replicó Kai en un intento por hacer que la chica se fuera y con ella la extraña sensación que su presencia le producía.
Ella estaba a punto de decirle algo más a Kai, pero un maestro, que hacía su recorrido nocturno revisando que todo estuviera en orden interrumpió bruscamente:
"¿Qué está pasando aquí?"
"Nada" se apresuró a decir la chica. "Sólo estaba conociendo el edificio. Soy nueva en esta escuela ¿sabe? y me perdí… creo que esta escuela es demasiado grande para mí… pero este amable chico me estaba diciendo como regresar."
"No es de extrañarse, se trata del joven Hiwatari, uno de nuestros mejores alumnos, pero bueno, yo te llevaré a tu habitación."
"Sí, tan sólo permítame agradecerle a este amable joven."
La chica se acercó a Kai, fingiendo darle un beso de despedida en la mejilla, pero en realidad, se acercó a su oído para decirle:
"Se trata de Dranzer… Kai Hiwatari"
Y tan pronto como había aparecido, la chica misteriosa se fue acompañada del maestro hasta que sus pasos desaparecieron en medio del silencio de la noche.
Kai tan sólo permaneció de pie, sin saber qué hacer, qué decir o incluso qué pensar y para cuando pudo finalmente reaccionar, salió de su cuarto buscando a la extraña chica, pero el pasillo ya estaba completamente vacío.
Regresó unos pasos, hasta que se encontró frente puerta de su cuarto, posición desde la cual observó por unos instantes el corredor por donde ella había pasado. Se llamó a sí mismo idiota por haber creído, aunque tan sólo por unos instantes, en sus palabras. «¿Qué puede ella saber acerca de Dranzer?» pensó Kai Sintió furia al pensar que alguien pudiera tratar de burlarse de él. En ese instante, tan sólo pudo dirigir su mirada al piso y decir para sí mismo, aunque en voz alta:
"Eso es estúpido… Dranzer se ha ido… ¡Está muerto¡Y nada puede regresarlo a la vida¡Nada!"
Entonces, la extraña sensación que la chica le había producido pareció llegar a su límite, Kai se sintió débil, su mano izquierda tocó su pecho, y sintió su corazón latiendo agitadamente; su mano derecha buscó instintivamente apoyo y lo encontró en el marco de la puerta de su habitación, pero no fue suficiente, su cuerpo había dejado de responder. Sólo pudo ver a Wyatt entrando, en el momento preciso para sostener su cuerpo en el momento en el que Kai perdió por completo el control sobre él.
"¿Dranzer?"
Todo alrededor estaba vacío… oscuro, el fondo de todo lo que se ofrecía a la vista de Kai no era más que el absoluto color negro. Estaba en la mitad de la nada.
"¿Dranzer?"
No quería decir esa palabra¡No quería! Pero era como si alguien más lo obligara a decirla, como si alguien más, dentro de su cuerpo, la pronunciara… O… ¿En verdad era él, desde lo más profundo de sus ser, quien deseaba decirla? Se sentía confundido…
Dirigió su mirada hacia otro lado, y lo encontró. Era él. Dranzer, y en una reacción que él mismo consideró infantil, corrió hacia él… pero se detuvo… «¿Cómo puedo correr hacia él?…» pensó «si está…»
"Muerto"
Pronunció esta última palabra en voz alta, y ella resonó en todo el lugar como un eco macabro que se repitió una y otra vez, distorsionándose para sonar después como una grotesca risa burlona. En el mismo instante en el que esa palabra fue dicha, Dranzer literalmente se destrozó en un millón de pedazos, como si no fuera más que una pieza de cristal.
Kai abrió bruscamente los ojos; se dio cuenta de que sudaba y respiraba agitadamente. Se sintió desconcertado al encontrar que sobre él había un techo que no conocía. No era su cuarto y una voz alegre le hizo dirigir la mirada hacia un lado. Era Wyatt.
"¿Dónde…?" empezó a decir Kai.
"Estás en la enfermería Kai… de pronto te desmayaste…"
"Esa chica… Dranzer…"
"Bien señor Hiwatari" Comenzó a decir la enfermera que se encontraba a unos cuantos pasos de distancia. "Necesita cuidarse más de hoy en adelante… este jovencito me ha dicho que hay ocasiones en las que no come y que a veces permanece despierto hasta altas horas de la noche… Naturalmente su cuerpo no pudo resistir y al parecer fue una emoción fuerte la que ocasionó todo... No puede seguir así... ¿Es que acaso quiere morir?"
Kai miró a los ojos a la enfermera, con un cierto vacío en la mirada… «¿Que si quiero morir?...» dijo para sus adentros. Él sabía que había una respuesta a esa pregunta… y era "sí." En realidad no le importaba si moría en ese momento, el día siguiente o veinte años después… para él significaba lo mismo. Significaba no tener un propósito en la vida, significaba sentirse por completo una marioneta manipulada al antojo de su abuelo. Significaba sentir ese vacío, la falta de "algo" que, estaba seguro, formaba parte de él.
"No" respondió finalmente Kai a la enfermera, desviando en ese momento la mirada, y sabiendo que con esa respuesta se evitaba problemas.
"Muy bien… joven Hiwatari, tan sólo necesita unos cuantos días de descanso… Hablaré con sus maestros, no se preocupe por eso."
Kai no respondió y vio a través de la ventana el sol matutino… había permanecido inconsciente durante toda la noche…
"Wyatt" continuó diciendo la enfermera "¿podrías ser tan amable de ayudar al señor Hiwatari a llegar a su cuarto?"
"¡Claro!" respondió alegremente el chico de cabello castaño, poniendo el brazo de su amigo sobre su hombro "Kai, apóyate en mí."
"No necesito la ayuda de nadie" replicó fríamente Kai, apartando su brazo de el de Wyatt. "Puedo hacerlo solo."
Y sin decir otra palabra, Kai se puso de pie y se dirigió con paso seguro hacia su habitación, seguido por Wyatt, lo que lo hizo sentir incómodo. Aún no se sentía bien, pero no podía mostrar ya más signos de debilidad.
"¡Deja de seguirme ya Wyatt!"
"¡Pero aún estás…!"
"Estoy bien, así que déjame… debes tener algo más importante que hacer que seguirme… como asistir a clases. Ya es tarde Wyatt... vete"
"Kai… ¡pero somos amigos!"
Kai no respondió, le dirigió una mirada profunda a Wyatt y le dio la espalda, entrando en su cuarto y cerrando la puerta.
Todo lo que quería era estar solo, finalmente se pudo dar cuenta de manera consciente de que había tanta tristeza en su alma, una tristeza que había estado negando por casi un año, que había estado reprimiendo y ocultando. Y había sido la sola presencia de esa chica la que la había despertado, una presencia que lo había hecho estremecerse, que lo había hecho sentir miedo y después una especie de agotamiento. Había algo en ella, algo semejante a algún tipo de energía que… lo asustaba…
No podía sacarla de su mente, ni la idea de la posible relación de ella con Dranzer, se estaba convirtiendo en una obsesión, y no podía dejar que eso sucediera, tenía que ocupar su mente en algo más, por lo que, después de bañarse y arreglarse, salió de su cuarto.
Su vista buscó casi con desesperación a la chica en el patio contiguo, pero no la encontró, además, con tanta vigilancia, le sería imposible encontrarse con ella, por lo que abandonó de momento la idea y continuó su camino.
"Perdón por la tardanza" dijo Kai, entrando a su salón de clases.
"Señor Hiwatari" exclamó el profesor "se me informó que no iba a asistir hoy. Escuché que se encontraba enfermo."
"Debió haber escuchado mal "respondió Kai sin siquiera dirigirle la mirada al profesor "por favor continúe su clase."
Kai se sentó en su lugar habitual, junto a la ventana. Le gustaba sentarse junto a las ventanas, sentía que eso le ayudaba a aminorar el dolor que le causaba la sensación de estar… siempre encerrado, y lo ayudaba a sentirse… aunque fuera un poquito libre.
Sin importar cuánto trató de poner atención a la clase, su mente seguía divagando, siempre en Dranzer… y en la chica.
Después de clases, a un par de horas del atardecer, Kai se sentó frente a su escritorio en su habitación, tratando de hacer su tarea; tenía ya muchos trabajos acumulados desde el día anterior, y jamás en su vida había dejado de entregar uno; sin embargo, tampoco pudo poner atención a su tarea, simplemente, no podía apartar a esa chica de su mente. No tenía ahora opción, la única manera de calmar esa obsesión era encontrarse con ella, y así aclarar todos los misterios, pero eso era difícil pues no sabía su nombre o el número de su habitación. Lo mejor que podía hacer, quizá, sería esperar. Se iría a dormir, y probablemente, terminaría olvidándolo todo, porque tenía la firme convicción de que no era más que todo lo que ella pudiera decirle era una mentira y trataba de convencerse a sí mismo de que así era. Pero la verdad, era que no quería formar en sí falsas esperanzas. Sentía confusión al saber que dentro de sí, dos partes de él mismo se encontraban en una encarnizada batalla: Creer… y Negar.
Eran cerca de las nueve treinta de la noche, aún temprano, pero Kai ya se encontraba dentro de su cama, vestido con un pantalón y una camisa de franela azules que lo mantenían tibio en las noches heladas de Rusia, apagó la luz y dejó salir un profundo suspiro antes de cerrar los ojos.
En el comienzo de un sueño, justo en la delgada línea que divide el mundo tangible con el reino de lo irreal y lo fantástico, en el momento preciso en el que la mente se libera de sus ataduras físicas para conseguir la plena libertad y autonomía, en ese instante, Kai sintió su cuerpo flotar en el éter, pero de pronto, una voz fue escuchada, una voz que lo hizo despertarse por completo.
"¿Qué demo…?" exclamó Kai mientras se incorporaba.
"Kai Hiwatari, He venido por ti."
Kai frotó sus ojos color magenta con su mano derecha, tratando de aclarar su vista, tras lo cual descubrió que la persona que lo había sacado de su sueño, era precisamente la chica que él deseaba ver.
"He venido para llevarte" Continuó diciendo ella.
"¿Para llevarme¿A dónde?"
"El lugar no es importante…"
"No… no iré a ningún lado…"
La chica se encogió de hombros, pareciendo darse por vencida y dirigió sus pasos hacia la puerta frente a la cual se detuvo y dijo:
"Entonces nada puedo hacer al respecto. Podría llevarte a la fuerza, pero ese no es el deseo de Dranzer."
La actitud de Kai cambió de pronto y miró interrogativamente a la recién llegada.
"¿El… deseo de… Dranzer?"
"Así es Kai… Sé que Dranzer…"
Pero ella no pudo terminar su frase, Kai se levantó con la velocidad de un rayo y se acercó a ella tomándola de la ropa y diciéndole con furia:
"¿Qué clase de estúpido crees que soy¡Yo vi morir a Dranzer con mis propios ojos! No sé que clase de placer obtienes con… todas estas estupideces… pero ¡No voy a permitir que te burles de mí¡No me importa que seas una chica¡Soy capaz de…!"
"Cálmate Kai" respondió ella, con toda la tranquilidad del mundo, sin sentirse intimidada en absoluto, y tomó la mano de Kai haciendo que éste soltara su ropa "Dime algo… Dranzer es un Fénix ¿No es así¿Sabes lo que eso significa? Él puede… resucitar de sus propias cenizas…"
"Un…Fénix…"
"Yo sé cómo puedes hacerlo Kai. Yo puedo decirte cómo traerlo de regreso a la vida."
"Pero… ¿Cómo podré saber que no me estás engañando?"
"En lo único en lo que puedes confiar Kai, es en ti mismo. ¿Qué dice tu corazón?"
Kai no respondió. Siempre había pensado que era estúpido creer en cosas como "el corazón" o "el alma", pero, en ese momento…
"Vamos Kai, ven conmigo y trae a Dranzer."
Aunque una parte de él estaba inseguro y sentía aún esa extraña sensación que le producía la chica, se dirigió a su armario sacando de él una caja dorada.
Dado que su abuelo Voltaire Hiwatari realmente no quería tener a su nieto cerca, Kai no tenía una habitación en la abadía, ni en ninguna de las propiedades de su abuelo. Todas sus pertenencias se hallaban en ese colegio, incluyendo los restos de Dranzer.
"Muy bien" dijo ella "ahora sígueme"
"Espera" replicó Kai "No puedo ir en pijama, voy a cambiarme."
"No Kai, no hay tiempo" Ella abrió la ventana "nuestros tutores harán una ronda en ocho minutos. No podremos salir entonces, tenemos que darnos prisa ahora mismo… vamos, sígueme."
"¿Por la ventana?"
"Sí, a menos que quieras que nos descubran"
"Vamos."
Había un enorme bosque alrededor del colegio y ambos, Kai y la extraña chica lo atravesaron corriendo.
"¿Hacia dónde vamos?" preguntó Kai.
"No es muy lejos, no te preocupes, pero démonos prisa."
No mucho tiempo después, los chicos encontraron el muro que dividía el colegio con el resto del mundo, un muro que no cualquier chico podría librar fácilmente.
"No es difícil para ti Kai, vamos, salta ese muro"
"¿Y qué hay de ti?"
"Yo puedo hacerlo también."
"¿Estás segura de…?"
"¡Silencio!... Alguien viene…"
En efecto, una silueta apareció detrás de algunos árboles. Era uno de los tutores que hacía su ronda nocturna, pero dado que nunca pasaba nada en ese lugar, tan sólo unos segundos después, se retiró.
"Kai, ahora salta" dijo ella, acercándose nuevamente al muro.
El joven de cabello azul retrocedió tres pasos y usando toda su fuerza y agilidad corrió hacia el muro, saltando y aterrizando a salvo del otro lado.
"Ahora es tu turno" dijo él, sin gritar, pero lo bastante alto como para que lo escuchara su compañera.
La chica retrocedió también y trató de saltar con toda su fuerza, sin embargo, tan sólo alcanzó el muro con sus manos, sin conseguir llegar al otro lado.
"Este maldito cuerpo… "susurró ella mientras trataba con desesperación de subir al muro.
Kai saltó nuevamente y tomó la mano de su compañera ayudándola a subir, sin embargo, ella tuvo la mala suerte de resbalar y ambos cayeron con violencia al piso.
"¿Estás bien?" preguntó ella levantándose rápidamente después de haber tenido la suerte de caer sobre Kai, lo que la hizo resultar ilesa del percance.
"Sí, estoy bien" respondió el, mientras frotaba su brazo derecho, unos cinco centímetros sobre el codo.
"Déjame ver…"
La chica inspeccionó cuidadosamente el brazo de Kai, descubriendo el él una herida que sangraba ligera, pero constantemente. Como movida por una fuerza invisible, llevó su mano a ella, llenando sus dedos de sangre. Kai lanzó una exclamación de dolor al sentir el contacto, pero ella ni siquiera pareció darse cuenta de ello, continuaba mirando sus dedos, la sangre que se secaba ante el aire de la noche, el carmesí que mostraba destellos blanquecinos al reflejar la luz de la luna, se había quedado como hipnotizada. No podía apartar la mirada.
"Basta" dijo Kai, tomando la mano de la chica y apartándola de su vista, lo que pareció hacerla volver a la realidad.
"Yo… disculpa, no sé lo que me sucedió…"
"No importa, vámonos ya"
"Espera…"
Ella sacó de una bolsa de mano que había traído consigo, un pañuelo blanco que envolvió cuidadosamente alrededor de la herida de Kai, y que después apretó con fuerza para evitar a toda costa que una gota más de sangre fuera derramada.
Minutos después, y en completo silencio, ambos chicos se encontraban nuevamente en marcha, recorriendo las calles desiertas de la cuidad rusa y finalmente llegando a un vecindario con edificios que mostraban haber tenido una belleza impresionante, sin embargo, el tiempo ya había pasado y no en vano, por lo que la mayoría de las construcciones se encontraban poco menos que en ruinas.
"Ya estamos aquí" Dijo ella, mostrando a Kai un enorme pero muy viejo edificio que parecía ser una iglesia.
"¿Qué clase de lugar es este?"
"Es un lugar sagrado, nadie podrá molestarnos aquí. Vamos, pasa."
Ambos entraron tratando de hacer el menor ruido posible. Kai no se atrevió a dar un paso más al verse inmerso en la casi absoluta oscuridad, pero sus ojos fueron acostumbrándose lentamente a la escasa iluminación, que constaba tan sólo en algunos rayos de luna que entraban a través de los vitrales le permitieron confirmar que aquel lugar se trataba de una iglesia, de una vieja iglesia que había sido abandonada.
El vitral más grande, un vitral de roseta, en la fachada, iluminaba el centro de la iglesia, formando en el piso un círculo de luz de luna, en el cual la chica se sentó, indicándole a Kai que se sentara también.
Kai se acercó con cierto recelo, caminando lentamente; no podía evitar sentirse intimidado por lo tétrico de la escena, por esa sensación de oscuridad y frialdad que le recordaba algo que no sabía que era, algo que había olvidado hacía ya mucho tiempo y de lo que sólo quedaban sombras y sentimientos confusos.
"¿Por qué me trajiste aquí?" Preguntó Kai en un volumen a penas audible, tratando de evitar que el eco del lugar repitiera sus palabras. "¿Qué tiene de especial este lugar?"
"Bueno… al decir que este lugar es sagrado, me refiero a que es tranquilo, nadie viene aquí nunca, es como… la muerte… inmutable… aquí parece que el tiempo se detiene. De cualquier forma, lo que vamos a hacer, no podemos hacerlo en cualquier lado. Te traje aquí porque sabía que este lugar estaba abandonado… pero bueno, empecemos Kai Hiwatari…"
Habiendo traído consigo una bolsa de mano, sacó de ella algo envuelto en un trozo de terciopelo negro y lo desenvolvió lenta y cuidadosamente. Un destello que llegó hasta los ojos de Kai, la luz de la luna reflejada en la hoja, le permitió darse cuenta de que se trataba de una pequeña, pero afilada daga.
"Dame tu mano" dijo ella.
"¿Qué vas a hacer?" preguntó Kai, retrocediendo instintivamente.
"Voy a tomar algo de tu sangre"
"¿De mi sangre? Pero…"
"Tu sangre es lo único que puede hacer que Dranzer vuelva a la vida… La sangre…en todo ser vivo, es lo que lleva a la vida misma a cada parte del cuerpo, y ahora, tu sangre… ¡La sangre del guardián del Fénix lo regresará a la vida!... Vamos Kai… ¿Acaso le temes al dolor?"
Kai dudó por unos momentos, y después replicó:
"Claro que no… Dame la daga, yo puedo hacerlo."
"No Kai, no es tan fácil. Yo debo hacerlo, tú no sabes qué proporción debes cortar… si cortas muy poco, no será suficiente, si cortas demasiado, te desangrarás en unos cuantos minutos. Vamos, no tengas miedo… Dame tu mano…"
Kai la miró fijamente a los ojos, tratando de buscar en ellos algo que le inspirara confianza. Sin embargo, no estuvo seguro de haberlo encontrado, pero para cuando pudo darse cuenta de ello, su mano izquierda ya se encontraba en las manos de la extraña joven.
"¿Listo joven Kai?"
Él respiró profundamente y dijo: "Hazlo."
Tomando la mano de Kai con la mano izquierda y la daga con la derecha, la chica hizo deslizar la hoja afilada sobre la muñeca de Kai, quién trató de esconder un gesto y una exclamación de dolor al ver y sentir cómo la sangre tibia comenzaba a escurrir.
Sin soltar la mano de Kai, ella tomó las piezas del bit chip de Dranzer, e hizo que la sangre cayera sobre ellas.
Kai había empezado a sudar y lo hacía cada vez en mayor proporción conforme los segundos pasaban, sentía que su respiración se hacía más lenta sin que él pudiera evitarlo y casi pudo ver, bajo la escasa luz, cómo su piel comenzaba a palidecer.
"Resiste Kai" le dijo ella, al verlo ponerse nervioso y sentir que su mano temblaba "Esto no tomará mucho tiempo más…"
De pronto, el bit chip comenzó a brillar con un tenue color rojo que después de intensificó iluminando toda la iglesia. La luz que emanaba del bit chip lentamente comenzó a cobrar forma, la silueta de un ave se dibujó en el aire y unos segundos después, apareció, majestuosamente el Fénix, estirando con un movimiento brusco sus recién reconstruidas alas, liberando con ello algunas plumas, que cayeron al piso, aún cubiertas de sangre, Entonces, un agudo chillido, llenó el aire, Dranzer anunciaba con él su resurrección.
Unos segundos después, Dranzer regresó a su bit chip, que había ya recuperado su forma original.
La chica aún sostenía la mano sangrante de Kai, a pesar de que éste último trataba de liberarse, pero, debido a la pérdida de sangre, su fuerza había disminuido y no pudo lograr que ella lo soltara.
"¡Déjame ir ya!" gritó con desesperación el chico de cabello azul.
Ella pareció no escuchar esas palabras, y con la mano que tenía libre recogió el bit chip guardándolo en su bolso de mano. Sin decir palabra, fijó su vista en la muñeca herida de Kai, siguiendo atentamente con sus ojos y sus pupilas dilatadas, cada gota de sangre que escurría y caía al piso, sin poder evitar sentir fascinación al hacerlo y mostrar dicha fascinación con una sonrisa sádica en el rostro y con una respiración frenética.
Kai sintió aún más desesperación al percibir que su vista comenzaba a hacerse borrosa, y trató aún con mayor insistencia de liberarse. Para alivio suyo, lo logró, pero no gracias a sus esfuerzos. Ella lo había soltado, a propósito, tan solo para tener el placer de empapar ambas manos en el charco de sangre que ya se había formado en el piso y llevarlas después, lenta y voluptuosamente hacia su boca.
Kai, tan pronto como se vio libre, hizo presión en su muñeca, tratando de detener la hemorragia. Su primer pensamiento fue huir, pero no podía hacerlo, no podía dejar a Dranzer en manos de esa chica… Pero… No podría recuperarlo tan fácilmente.
"Discúlpame Kai" dijo ella mientras sacaba algo de su bolso de mano "No quisiera tener que hacer esto…"
Kai, en medio de la oscuridad, a penas y pudo darse cuenta de que lo que había sacado ella era un arma, fue tan sólo su instinto el que lo obligó a correr y alejarse de ahí cuando ella jaló el gatillo y disparó.
Milagrosamente, logró evitar ser alcanzado por la bala. Ella no lo pensó dos veces y volvió a disparar. Esta vez, Kai no pudo esquivar el disparo, el cual fue recibido de lleno por su costado derecho, haciendo que su cuerpo cayera hacia atrás, completamente inmóvil.
"Es una pena tener que matar a alguien como tú, Kai Hiwatari" dijo ella, mientras limpiaba con el dorso de su mano derecha los restos de sangre que había alrededor de su boca "Me hubiera gustado enfrentarme contigo en otra ocasión"
Repentinamente, de la chica surgió una especie de aura oscura, que se separó de ella y lentamente cobró forma, la de una silueta humana. El cuerpo, ahora sin vida, de la joven cayó pesadamente al piso.
ESPEREN LAS OTRAS PARTES ESTO NO TERMINA AQUI
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El llanto de Dranzer. Resurrección…
"Tan sólo es otro día" murmuró Kai, para sí mismo, solo en su cuarto, mientras observaba, a través de la ventana, la lluvia fría que caía en el exterior, minutos antes del atardecer, sintiendo hundirse dentro del vacío que su propio corazón generaba.
Le gustaba la lluvia, y le gustaba la tranquilidad que ésta le inspiraba mientras la observaba… el ruido monótono de las gotas estrellarse contra el cristal de su ventana, el agradable olor a tierra húmeda, el color gris sobrecogedor que reinaba en el cielo; todo esto le hacía olvidar todo lo que se encontraba a su alrededor, y en su interior.
Lentamente abrió la ventana y sacó su mano derecha, dejando que las frías gotas de agua cayeran en ella. Trataba de dejar que la lluvia limpiara su desesperación, que el agua que caía lavara la angustia que le causaba ese sentimiento de vacío, de sentir que algo importante, o mejor dicho, imprescindible faltaba en su interior, de sentirse que tan sólo era un muñeco de barro que su abuelo ahora manejaba a su antojo.
Heredero de una compañía que jamás había conocido del todo y que aún pertenecía a su abuelo Voltaire, Kai Hiwatari había sido obligado por él a ingresar a un colegio privado, un internado donde estudiaba para saber, en un futuro cercano, llevar la compañía que le pertenecería. Un lugar que él odiaba, a fin de cuentas, con toda su alma, y en el que, sin embargo, era considerado un alumno modelo.
De pronto, cuando Kai estaba a la mitad de su profundo relajamiento y meditación, alguien entró abriendo de golpe la puerta y sobresaltó al chico de cabello azul.
"¡Te he dicho un millón de veces que llames a la maldita puerta antes de entrar Wyatt!" gritó Kai con verdadera furia.
"Lo siento Kai, pero es que hay alguien que quiere verte"
"Yo no quiero ver a nadie, así que vete." Kai dirigió nuevamente su mirada hacia la ventana.
"Pero… ella dice que tiene algo que ver con el Beyblade, y que es muy urgente."
"¿Beyblade¿Ese… ese estúpido juego del que me retiré hace un año…?"
Había cierta furia en las palabras de Kai, pero no eran realmente en contra del Beyblade, juego que había odiado en un principio por ser el causante de toda la tristeza en los primeros años de su existencia, pero que posteriormente había traído a sus primeros amigos, los Blade Breakers a su vida. En realidad sentía furia en contra de sí mismo… por haber dejado morir a Dranzer en la batalla contra Brooklyn, por haber sido tan egoísta y haber dejado morir al único ser que se mantuvo a su lado aún en los momentos más difíciles, tan sólo por conseguir una victoria de la que se sintió, por lo menos en un principio, orgulloso… al menos hasta que se encontró nuevamente, solo. Esta vez, más sólo que nunca.
"¿Entonces Kai?" continuó diciendo Wyatt "¿Qué vas a hacer?"
"Nada" respondió Kai amargamente y cerró por unos segundos sus ojos color magenta. "Ya te lo dije, vete"
"Entonces… ¿Puedo ir yo en tu lugar?"
"Haz lo que quieras"
Wyatt no dijo nada más y se fue.
Kai dirigió su mirada hacia la puerta y se dio cuenta de que Wyatt la había dejado abierta. Dejando escapar un suspiro de desesperación se dirigió hacia ella y la cerró, no sin violencia y regresó nuevamente a la ventana. Al hacerlo, casi de manera inconsciente, dirigió su mirada hacia su escritorio y a la foto que se encontraba sobre él. La misma foto que había sido tomada justo después del primer campeonato mundial; la misma en la que todos, incluso él, mostraban sus caras de satisfacción.
No tuvo tiempo de pensar algo acerca de esa foto cuando, nuevamente, alguien entró estrepitosamente.
"¡Te he dicho…!"
Kai se detuvo cuando vio que, en vez de Wyatt había una chica, aparentemente de su misma edad, de cabello castaño y ojos azules, cuya mirada lo hizo sentir escalofríos y una sensación muy extraña imposible de describir.
"¿Q-quién eres y qué es lo que quieres?" dijo Kai, con cierto temor en sus palabras.
"Mi nombre es irrelevante, pero necesito hablar contigo acerca del Beyblade."
"Lo siento," respondió Kai, sintiendo cada vez con mayor intensidad esa extraña sensación "pero ya estoy retirado."
"Primero escucha lo que voy a decirte… Kai…"
"Está prohibido para las chicas venir a esta parte del edificio…" replicó Kai en un intento por hacer que la chica se fuera y con ella la extraña sensación que su presencia le producía.
Ella estaba a punto de decirle algo más a Kai, pero un maestro, que hacía su recorrido nocturno revisando que todo estuviera en orden interrumpió bruscamente:
"¿Qué está pasando aquí?"
"Nada" se apresuró a decir la chica. "Sólo estaba conociendo el edificio. Soy nueva en esta escuela ¿sabe? y me perdí… creo que esta escuela es demasiado grande para mí… pero este amable chico me estaba diciendo como regresar."
"No es de extrañarse, se trata del joven Hiwatari, uno de nuestros mejores alumnos, pero bueno, yo te llevaré a tu habitación."
"Sí, tan sólo permítame agradecerle a este amable joven."
La chica se acercó a Kai, fingiendo darle un beso de despedida en la mejilla, pero en realidad, se acercó a su oído para decirle:
"Se trata de Dranzer… Kai Hiwatari"
Y tan pronto como había aparecido, la chica misteriosa se fue acompañada del maestro hasta que sus pasos desaparecieron en medio del silencio de la noche.
Kai tan sólo permaneció de pie, sin saber qué hacer, qué decir o incluso qué pensar y para cuando pudo finalmente reaccionar, salió de su cuarto buscando a la extraña chica, pero el pasillo ya estaba completamente vacío.
Regresó unos pasos, hasta que se encontró frente puerta de su cuarto, posición desde la cual observó por unos instantes el corredor por donde ella había pasado. Se llamó a sí mismo idiota por haber creído, aunque tan sólo por unos instantes, en sus palabras. «¿Qué puede ella saber acerca de Dranzer?» pensó Kai Sintió furia al pensar que alguien pudiera tratar de burlarse de él. En ese instante, tan sólo pudo dirigir su mirada al piso y decir para sí mismo, aunque en voz alta:
"Eso es estúpido… Dranzer se ha ido… ¡Está muerto¡Y nada puede regresarlo a la vida¡Nada!"
Entonces, la extraña sensación que la chica le había producido pareció llegar a su límite, Kai se sintió débil, su mano izquierda tocó su pecho, y sintió su corazón latiendo agitadamente; su mano derecha buscó instintivamente apoyo y lo encontró en el marco de la puerta de su habitación, pero no fue suficiente, su cuerpo había dejado de responder. Sólo pudo ver a Wyatt entrando, en el momento preciso para sostener su cuerpo en el momento en el que Kai perdió por completo el control sobre él.
"¿Dranzer?"
Todo alrededor estaba vacío… oscuro, el fondo de todo lo que se ofrecía a la vista de Kai no era más que el absoluto color negro. Estaba en la mitad de la nada.
"¿Dranzer?"
No quería decir esa palabra¡No quería! Pero era como si alguien más lo obligara a decirla, como si alguien más, dentro de su cuerpo, la pronunciara… O… ¿En verdad era él, desde lo más profundo de sus ser, quien deseaba decirla? Se sentía confundido…
Dirigió su mirada hacia otro lado, y lo encontró. Era él. Dranzer, y en una reacción que él mismo consideró infantil, corrió hacia él… pero se detuvo… «¿Cómo puedo correr hacia él?…» pensó «si está…»
"Muerto"
Pronunció esta última palabra en voz alta, y ella resonó en todo el lugar como un eco macabro que se repitió una y otra vez, distorsionándose para sonar después como una grotesca risa burlona. En el mismo instante en el que esa palabra fue dicha, Dranzer literalmente se destrozó en un millón de pedazos, como si no fuera más que una pieza de cristal.
Kai abrió bruscamente los ojos; se dio cuenta de que sudaba y respiraba agitadamente. Se sintió desconcertado al encontrar que sobre él había un techo que no conocía. No era su cuarto y una voz alegre le hizo dirigir la mirada hacia un lado. Era Wyatt.
"¿Dónde…?" empezó a decir Kai.
"Estás en la enfermería Kai… de pronto te desmayaste…"
"Esa chica… Dranzer…"
"Bien señor Hiwatari" Comenzó a decir la enfermera que se encontraba a unos cuantos pasos de distancia. "Necesita cuidarse más de hoy en adelante… este jovencito me ha dicho que hay ocasiones en las que no come y que a veces permanece despierto hasta altas horas de la noche… Naturalmente su cuerpo no pudo resistir y al parecer fue una emoción fuerte la que ocasionó todo... No puede seguir así... ¿Es que acaso quiere morir?"
Kai miró a los ojos a la enfermera, con un cierto vacío en la mirada… «¿Que si quiero morir?...» dijo para sus adentros. Él sabía que había una respuesta a esa pregunta… y era "sí." En realidad no le importaba si moría en ese momento, el día siguiente o veinte años después… para él significaba lo mismo. Significaba no tener un propósito en la vida, significaba sentirse por completo una marioneta manipulada al antojo de su abuelo. Significaba sentir ese vacío, la falta de "algo" que, estaba seguro, formaba parte de él.
"No" respondió finalmente Kai a la enfermera, desviando en ese momento la mirada, y sabiendo que con esa respuesta se evitaba problemas.
"Muy bien… joven Hiwatari, tan sólo necesita unos cuantos días de descanso… Hablaré con sus maestros, no se preocupe por eso."
Kai no respondió y vio a través de la ventana el sol matutino… había permanecido inconsciente durante toda la noche…
"Wyatt" continuó diciendo la enfermera "¿podrías ser tan amable de ayudar al señor Hiwatari a llegar a su cuarto?"
"¡Claro!" respondió alegremente el chico de cabello castaño, poniendo el brazo de su amigo sobre su hombro "Kai, apóyate en mí."
"No necesito la ayuda de nadie" replicó fríamente Kai, apartando su brazo de el de Wyatt. "Puedo hacerlo solo."
Y sin decir otra palabra, Kai se puso de pie y se dirigió con paso seguro hacia su habitación, seguido por Wyatt, lo que lo hizo sentir incómodo. Aún no se sentía bien, pero no podía mostrar ya más signos de debilidad.
"¡Deja de seguirme ya Wyatt!"
"¡Pero aún estás…!"
"Estoy bien, así que déjame… debes tener algo más importante que hacer que seguirme… como asistir a clases. Ya es tarde Wyatt... vete"
"Kai… ¡pero somos amigos!"
Kai no respondió, le dirigió una mirada profunda a Wyatt y le dio la espalda, entrando en su cuarto y cerrando la puerta.
Todo lo que quería era estar solo, finalmente se pudo dar cuenta de manera consciente de que había tanta tristeza en su alma, una tristeza que había estado negando por casi un año, que había estado reprimiendo y ocultando. Y había sido la sola presencia de esa chica la que la había despertado, una presencia que lo había hecho estremecerse, que lo había hecho sentir miedo y después una especie de agotamiento. Había algo en ella, algo semejante a algún tipo de energía que… lo asustaba…
No podía sacarla de su mente, ni la idea de la posible relación de ella con Dranzer, se estaba convirtiendo en una obsesión, y no podía dejar que eso sucediera, tenía que ocupar su mente en algo más, por lo que, después de bañarse y arreglarse, salió de su cuarto.
Su vista buscó casi con desesperación a la chica en el patio contiguo, pero no la encontró, además, con tanta vigilancia, le sería imposible encontrarse con ella, por lo que abandonó de momento la idea y continuó su camino.
"Perdón por la tardanza" dijo Kai, entrando a su salón de clases.
"Señor Hiwatari" exclamó el profesor "se me informó que no iba a asistir hoy. Escuché que se encontraba enfermo."
"Debió haber escuchado mal "respondió Kai sin siquiera dirigirle la mirada al profesor "por favor continúe su clase."
Kai se sentó en su lugar habitual, junto a la ventana. Le gustaba sentarse junto a las ventanas, sentía que eso le ayudaba a aminorar el dolor que le causaba la sensación de estar… siempre encerrado, y lo ayudaba a sentirse… aunque fuera un poquito libre.
Sin importar cuánto trató de poner atención a la clase, su mente seguía divagando, siempre en Dranzer… y en la chica.
Después de clases, a un par de horas del atardecer, Kai se sentó frente a su escritorio en su habitación, tratando de hacer su tarea; tenía ya muchos trabajos acumulados desde el día anterior, y jamás en su vida había dejado de entregar uno; sin embargo, tampoco pudo poner atención a su tarea, simplemente, no podía apartar a esa chica de su mente. No tenía ahora opción, la única manera de calmar esa obsesión era encontrarse con ella, y así aclarar todos los misterios, pero eso era difícil pues no sabía su nombre o el número de su habitación. Lo mejor que podía hacer, quizá, sería esperar. Se iría a dormir, y probablemente, terminaría olvidándolo todo, porque tenía la firme convicción de que no era más que todo lo que ella pudiera decirle era una mentira y trataba de convencerse a sí mismo de que así era. Pero la verdad, era que no quería formar en sí falsas esperanzas. Sentía confusión al saber que dentro de sí, dos partes de él mismo se encontraban en una encarnizada batalla: Creer… y Negar.
Eran cerca de las nueve treinta de la noche, aún temprano, pero Kai ya se encontraba dentro de su cama, vestido con un pantalón y una camisa de franela azules que lo mantenían tibio en las noches heladas de Rusia, apagó la luz y dejó salir un profundo suspiro antes de cerrar los ojos.
En el comienzo de un sueño, justo en la delgada línea que divide el mundo tangible con el reino de lo irreal y lo fantástico, en el momento preciso en el que la mente se libera de sus ataduras físicas para conseguir la plena libertad y autonomía, en ese instante, Kai sintió su cuerpo flotar en el éter, pero de pronto, una voz fue escuchada, una voz que lo hizo despertarse por completo.
"¿Qué demo…?" exclamó Kai mientras se incorporaba.
"Kai Hiwatari, He venido por ti."
Kai frotó sus ojos color magenta con su mano derecha, tratando de aclarar su vista, tras lo cual descubrió que la persona que lo había sacado de su sueño, era precisamente la chica que él deseaba ver.
"He venido para llevarte" Continuó diciendo ella.
"¿Para llevarme¿A dónde?"
"El lugar no es importante…"
"No… no iré a ningún lado…"
La chica se encogió de hombros, pareciendo darse por vencida y dirigió sus pasos hacia la puerta frente a la cual se detuvo y dijo:
"Entonces nada puedo hacer al respecto. Podría llevarte a la fuerza, pero ese no es el deseo de Dranzer."
La actitud de Kai cambió de pronto y miró interrogativamente a la recién llegada.
"¿El… deseo de… Dranzer?"
"Así es Kai… Sé que Dranzer…"
Pero ella no pudo terminar su frase, Kai se levantó con la velocidad de un rayo y se acercó a ella tomándola de la ropa y diciéndole con furia:
"¿Qué clase de estúpido crees que soy¡Yo vi morir a Dranzer con mis propios ojos! No sé que clase de placer obtienes con… todas estas estupideces… pero ¡No voy a permitir que te burles de mí¡No me importa que seas una chica¡Soy capaz de…!"
"Cálmate Kai" respondió ella, con toda la tranquilidad del mundo, sin sentirse intimidada en absoluto, y tomó la mano de Kai haciendo que éste soltara su ropa "Dime algo… Dranzer es un Fénix ¿No es así¿Sabes lo que eso significa? Él puede… resucitar de sus propias cenizas…"
"Un…Fénix…"
"Yo sé cómo puedes hacerlo Kai. Yo puedo decirte cómo traerlo de regreso a la vida."
"Pero… ¿Cómo podré saber que no me estás engañando?"
"En lo único en lo que puedes confiar Kai, es en ti mismo. ¿Qué dice tu corazón?"
Kai no respondió. Siempre había pensado que era estúpido creer en cosas como "el corazón" o "el alma", pero, en ese momento…
"Vamos Kai, ven conmigo y trae a Dranzer."
Aunque una parte de él estaba inseguro y sentía aún esa extraña sensación que le producía la chica, se dirigió a su armario sacando de él una caja dorada.
Dado que su abuelo Voltaire Hiwatari realmente no quería tener a su nieto cerca, Kai no tenía una habitación en la abadía, ni en ninguna de las propiedades de su abuelo. Todas sus pertenencias se hallaban en ese colegio, incluyendo los restos de Dranzer.
"Muy bien" dijo ella "ahora sígueme"
"Espera" replicó Kai "No puedo ir en pijama, voy a cambiarme."
"No Kai, no hay tiempo" Ella abrió la ventana "nuestros tutores harán una ronda en ocho minutos. No podremos salir entonces, tenemos que darnos prisa ahora mismo… vamos, sígueme."
"¿Por la ventana?"
"Sí, a menos que quieras que nos descubran"
"Vamos."
Había un enorme bosque alrededor del colegio y ambos, Kai y la extraña chica lo atravesaron corriendo.
"¿Hacia dónde vamos?" preguntó Kai.
"No es muy lejos, no te preocupes, pero démonos prisa."
No mucho tiempo después, los chicos encontraron el muro que dividía el colegio con el resto del mundo, un muro que no cualquier chico podría librar fácilmente.
"No es difícil para ti Kai, vamos, salta ese muro"
"¿Y qué hay de ti?"
"Yo puedo hacerlo también."
"¿Estás segura de…?"
"¡Silencio!... Alguien viene…"
En efecto, una silueta apareció detrás de algunos árboles. Era uno de los tutores que hacía su ronda nocturna, pero dado que nunca pasaba nada en ese lugar, tan sólo unos segundos después, se retiró.
"Kai, ahora salta" dijo ella, acercándose nuevamente al muro.
El joven de cabello azul retrocedió tres pasos y usando toda su fuerza y agilidad corrió hacia el muro, saltando y aterrizando a salvo del otro lado.
"Ahora es tu turno" dijo él, sin gritar, pero lo bastante alto como para que lo escuchara su compañera.
La chica retrocedió también y trató de saltar con toda su fuerza, sin embargo, tan sólo alcanzó el muro con sus manos, sin conseguir llegar al otro lado.
"Este maldito cuerpo… "susurró ella mientras trataba con desesperación de subir al muro.
Kai saltó nuevamente y tomó la mano de su compañera ayudándola a subir, sin embargo, ella tuvo la mala suerte de resbalar y ambos cayeron con violencia al piso.
"¿Estás bien?" preguntó ella levantándose rápidamente después de haber tenido la suerte de caer sobre Kai, lo que la hizo resultar ilesa del percance.
"Sí, estoy bien" respondió el, mientras frotaba su brazo derecho, unos cinco centímetros sobre el codo.
"Déjame ver…"
La chica inspeccionó cuidadosamente el brazo de Kai, descubriendo el él una herida que sangraba ligera, pero constantemente. Como movida por una fuerza invisible, llevó su mano a ella, llenando sus dedos de sangre. Kai lanzó una exclamación de dolor al sentir el contacto, pero ella ni siquiera pareció darse cuenta de ello, continuaba mirando sus dedos, la sangre que se secaba ante el aire de la noche, el carmesí que mostraba destellos blanquecinos al reflejar la luz de la luna, se había quedado como hipnotizada. No podía apartar la mirada.
"Basta" dijo Kai, tomando la mano de la chica y apartándola de su vista, lo que pareció hacerla volver a la realidad.
"Yo… disculpa, no sé lo que me sucedió…"
"No importa, vámonos ya"
"Espera…"
Ella sacó de una bolsa de mano que había traído consigo, un pañuelo blanco que envolvió cuidadosamente alrededor de la herida de Kai, y que después apretó con fuerza para evitar a toda costa que una gota más de sangre fuera derramada.
Minutos después, y en completo silencio, ambos chicos se encontraban nuevamente en marcha, recorriendo las calles desiertas de la cuidad rusa y finalmente llegando a un vecindario con edificios que mostraban haber tenido una belleza impresionante, sin embargo, el tiempo ya había pasado y no en vano, por lo que la mayoría de las construcciones se encontraban poco menos que en ruinas.
"Ya estamos aquí" Dijo ella, mostrando a Kai un enorme pero muy viejo edificio que parecía ser una iglesia.
"¿Qué clase de lugar es este?"
"Es un lugar sagrado, nadie podrá molestarnos aquí. Vamos, pasa."
Ambos entraron tratando de hacer el menor ruido posible. Kai no se atrevió a dar un paso más al verse inmerso en la casi absoluta oscuridad, pero sus ojos fueron acostumbrándose lentamente a la escasa iluminación, que constaba tan sólo en algunos rayos de luna que entraban a través de los vitrales le permitieron confirmar que aquel lugar se trataba de una iglesia, de una vieja iglesia que había sido abandonada.
El vitral más grande, un vitral de roseta, en la fachada, iluminaba el centro de la iglesia, formando en el piso un círculo de luz de luna, en el cual la chica se sentó, indicándole a Kai que se sentara también.
Kai se acercó con cierto recelo, caminando lentamente; no podía evitar sentirse intimidado por lo tétrico de la escena, por esa sensación de oscuridad y frialdad que le recordaba algo que no sabía que era, algo que había olvidado hacía ya mucho tiempo y de lo que sólo quedaban sombras y sentimientos confusos.
"¿Por qué me trajiste aquí?" Preguntó Kai en un volumen a penas audible, tratando de evitar que el eco del lugar repitiera sus palabras. "¿Qué tiene de especial este lugar?"
"Bueno… al decir que este lugar es sagrado, me refiero a que es tranquilo, nadie viene aquí nunca, es como… la muerte… inmutable… aquí parece que el tiempo se detiene. De cualquier forma, lo que vamos a hacer, no podemos hacerlo en cualquier lado. Te traje aquí porque sabía que este lugar estaba abandonado… pero bueno, empecemos Kai Hiwatari…"
Habiendo traído consigo una bolsa de mano, sacó de ella algo envuelto en un trozo de terciopelo negro y lo desenvolvió lenta y cuidadosamente. Un destello que llegó hasta los ojos de Kai, la luz de la luna reflejada en la hoja, le permitió darse cuenta de que se trataba de una pequeña, pero afilada daga.
"Dame tu mano" dijo ella.
"¿Qué vas a hacer?" preguntó Kai, retrocediendo instintivamente.
"Voy a tomar algo de tu sangre"
"¿De mi sangre? Pero…"
"Tu sangre es lo único que puede hacer que Dranzer vuelva a la vida… La sangre…en todo ser vivo, es lo que lleva a la vida misma a cada parte del cuerpo, y ahora, tu sangre… ¡La sangre del guardián del Fénix lo regresará a la vida!... Vamos Kai… ¿Acaso le temes al dolor?"
Kai dudó por unos momentos, y después replicó:
"Claro que no… Dame la daga, yo puedo hacerlo."
"No Kai, no es tan fácil. Yo debo hacerlo, tú no sabes qué proporción debes cortar… si cortas muy poco, no será suficiente, si cortas demasiado, te desangrarás en unos cuantos minutos. Vamos, no tengas miedo… Dame tu mano…"
Kai la miró fijamente a los ojos, tratando de buscar en ellos algo que le inspirara confianza. Sin embargo, no estuvo seguro de haberlo encontrado, pero para cuando pudo darse cuenta de ello, su mano izquierda ya se encontraba en las manos de la extraña joven.
"¿Listo joven Kai?"
Él respiró profundamente y dijo: "Hazlo."
Tomando la mano de Kai con la mano izquierda y la daga con la derecha, la chica hizo deslizar la hoja afilada sobre la muñeca de Kai, quién trató de esconder un gesto y una exclamación de dolor al ver y sentir cómo la sangre tibia comenzaba a escurrir.
Sin soltar la mano de Kai, ella tomó las piezas del bit chip de Dranzer, e hizo que la sangre cayera sobre ellas.
Kai había empezado a sudar y lo hacía cada vez en mayor proporción conforme los segundos pasaban, sentía que su respiración se hacía más lenta sin que él pudiera evitarlo y casi pudo ver, bajo la escasa luz, cómo su piel comenzaba a palidecer.
"Resiste Kai" le dijo ella, al verlo ponerse nervioso y sentir que su mano temblaba "Esto no tomará mucho tiempo más…"
De pronto, el bit chip comenzó a brillar con un tenue color rojo que después de intensificó iluminando toda la iglesia. La luz que emanaba del bit chip lentamente comenzó a cobrar forma, la silueta de un ave se dibujó en el aire y unos segundos después, apareció, majestuosamente el Fénix, estirando con un movimiento brusco sus recién reconstruidas alas, liberando con ello algunas plumas, que cayeron al piso, aún cubiertas de sangre, Entonces, un agudo chillido, llenó el aire, Dranzer anunciaba con él su resurrección.
Unos segundos después, Dranzer regresó a su bit chip, que había ya recuperado su forma original.
La chica aún sostenía la mano sangrante de Kai, a pesar de que éste último trataba de liberarse, pero, debido a la pérdida de sangre, su fuerza había disminuido y no pudo lograr que ella lo soltara.
"¡Déjame ir ya!" gritó con desesperación el chico de cabello azul.
Ella pareció no escuchar esas palabras, y con la mano que tenía libre recogió el bit chip guardándolo en su bolso de mano. Sin decir palabra, fijó su vista en la muñeca herida de Kai, siguiendo atentamente con sus ojos y sus pupilas dilatadas, cada gota de sangre que escurría y caía al piso, sin poder evitar sentir fascinación al hacerlo y mostrar dicha fascinación con una sonrisa sádica en el rostro y con una respiración frenética.
Kai sintió aún más desesperación al percibir que su vista comenzaba a hacerse borrosa, y trató aún con mayor insistencia de liberarse. Para alivio suyo, lo logró, pero no gracias a sus esfuerzos. Ella lo había soltado, a propósito, tan solo para tener el placer de empapar ambas manos en el charco de sangre que ya se había formado en el piso y llevarlas después, lenta y voluptuosamente hacia su boca.
Kai, tan pronto como se vio libre, hizo presión en su muñeca, tratando de detener la hemorragia. Su primer pensamiento fue huir, pero no podía hacerlo, no podía dejar a Dranzer en manos de esa chica… Pero… No podría recuperarlo tan fácilmente.
"Discúlpame Kai" dijo ella mientras sacaba algo de su bolso de mano "No quisiera tener que hacer esto…"
Kai, en medio de la oscuridad, a penas y pudo darse cuenta de que lo que había sacado ella era un arma, fue tan sólo su instinto el que lo obligó a correr y alejarse de ahí cuando ella jaló el gatillo y disparó.
Milagrosamente, logró evitar ser alcanzado por la bala. Ella no lo pensó dos veces y volvió a disparar. Esta vez, Kai no pudo esquivar el disparo, el cual fue recibido de lleno por su costado derecho, haciendo que su cuerpo cayera hacia atrás, completamente inmóvil.
"Es una pena tener que matar a alguien como tú, Kai Hiwatari" dijo ella, mientras limpiaba con el dorso de su mano derecha los restos de sangre que había alrededor de su boca "Me hubiera gustado enfrentarme contigo en otra ocasión"
Repentinamente, de la chica surgió una especie de aura oscura, que se separó de ella y lentamente cobró forma, la de una silueta humana. El cuerpo, ahora sin vida, de la joven cayó pesadamente al piso.
ESPEREN LAS OTRAS PARTES ESTO NO TERMINA AQUI
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Última edición por GEMINIS el Sáb Feb 05, 2011 10:39 pm, editado 3 veces
Invitado- Invitado
Re: EL LLANTO DE DRANZER
muy bueno, pero esto no va aqui =P lo muevo a fanfics en beyfan
Ruben_kai- Mensajes : 718
Localización : Durango
Re: EL LLANTO DE DRANZER
YA HABIA LEIDO TU FIC Y ME PARE BASTANTE INTEREZANTE ...ME GUATARIA VER QUE LO CONTINUES....
KAI KEN- Mensajes : 8
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